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Dia 68: Yendo de la cama al Countdown

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08th May.

Hola, bueno, si. Pasó como 1 mes de las últimas novedades...

Es que empezaron las agotadoras jornadas de picking y packing, y a uno como que se le van un cachito las ganas de vivir. Sólo un cachito... después se llega al hogar de turno -Aranga Hostel para mi, aún-, y está la gente con la que uno vive, y se conversa, se cuenta sobre el día laboral, etc. Y no todo está tan mal después de todo.

El titulo del post no es sólo para citar no tan elusivamente a Charly, sino más bien para describir en apenas unas pocas palabras lo que fue de la mayoría de mis días laborales este último tiempo.

A grosso modo, en este último mes habré trabajado unas 2 semanas haciendo picking de kiwis; después tuve una semana off sin laburo porque llovía; luego unos 4 o 5 días de labores varias -juntar alfombras, jardinería varia, etc-, 1 día más de picking de kiwis, y el sábado 27 de Abril comencé a trabajar en una packhouse (Kerifresh, por la que vine originariamente a Kerikeri), y sigo ahí hasta el momento.

En todos estos trabajos, el día consistía, básicamente, en levantarse entre 6 y 8 am, para luego dedicarle entre 8 y 12 hs al trabajo. Las horas se hacen interminables, y para cuando se vuelve al hogar, alrededor de las 17 o 18hs, ya no queda casi luz solar, ni energía vital para hacer muchas cosas. De este modo, no restaba más para hacer que llegar, recostarse un poco con música de fondo y compartir experiencias con los concubinos Manuel, Gina y Pipi, bañarse, e ir al... Countdown.

Verdaderamente ir a ese supermercado se convirtió en la actividad primordial en el vago intento de recuperar algo de humanidad fuera del hostel y el trabajo. Todos los días, a las 18.55, comienza el éxodo de la cama hacia el Countdown, en busca de los preciados Reduced (alimentos a precio hiper reducido por vencer al día siguiente) y las delicias que harán las veces de alimento para la noche, y otras para el lunch del trabajo.

Luego se volverá al hostel, se cocinará a veces en la cocinita del flat donde vivimos, a veces en la cocina común, se podrá jugar al pingpong o tomar unas cervezas con alguna gentuza... pero eventualmente llegará el momento en que todos miren el reloj, y se den cuenta que al día siguiente, a las 5 o a las 7am, habrá que levantarse una vez más, para ir a pickear kiwis o mandarinas, packear, o lo que sea que haya que hacer, y alivianar lo agotador y monótono del trabajo con la única esperanza de que al terminar la jornada,

se pueda regresar al Countdown.

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