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Ton Sai, another day in Paradise

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Ton Sai tenía mucho en contra: llegué cansado, después de varios contratiempos y casi sin pegar un ojo, me tocó viajar en el bote rodeado de chinos ruidosos y molestos, y me restaba caminar un buen tramo a través de la bella pero más cara playa de Railey.

Apenas unos pasos en la costa de Railey Oeste bastaron para comenzar a sudar copiosamente, secandome constantemente con lo que ahora es mi herramienta namber uan en las caminatas mochileras en el caluroso sudeste asiático: el sarong-pareo que me compré en Bali, atado a la mochila de mano que con sólo estirarlo puedo secar mi transpiración.

Con gruesas gotas que iban cubriendo áreas cada vez más extensas de mi cada vez más delgado cuerpo (desde que me fui de Argentina bajé 6 kgs entre NZ y Sudeste, y pasé de usar el cinturón en el 2do agujero a casi el 5to!), me dirigí a Railey Este, desde donde sabía que se podría acceder a la esquiva Ton Sai. Pasando por resorts muy bonitos y algún que otro bar playero, llegué luego de unos minutos a la parte este. Pregunté a unas cuantas personas cómo llegar a mi destino, pero nadie parecía conocerlo ni saber como acceder. Finalmente dos mujeres locales, masajistas ellas, lograron indicarme en tailandés puro mezclado con señas, que debía esperar a que bajara la marea y recién ahí podría cruzar.






Asi fue que decidí tomarme un merecido desayuno en el que sería mi lugar de cabecera para almorzar y merendar, por su riquísima comida -su Massaman curry y su mango shake aún no han sido siquiera igualados en sabor- y su eficiente WIFI.

Llegada la hora recomendada por mis contactos locales, fui decidido a descubrir cuan temeroso sería el camino hacia la playa prometida. Son tres los caminos posibles: el primero, de dificultad fácil, es con marea casi completamente baja, y es apenas bordear la costa de playa a playa, y voilá, llegamos. El segundo, de dificultad más avanzada, consiste en subidas y bajadas, con barro, y con sogas que acompañan el camino para facilitar el trayecto, a sabiendas de que somos muchos los que nos queremos ahorrar el taxi-boat y vamos caminando. Este es el camino que opté por hacer, y luego de unos 15 minutos de pasos cortos y firmes, y ningún resbalón ni tropezón, llegué sano y salvo. El tercer y último camino es subiendo colina arriba, aún más complicado que el anterior.

Y finalmente estaba allí, en la playa que Jaci y Ceci me habían recomendado encarecidamente, Ton Sai. Y debo decir que le hizo honor a todo lo que me habían dicho; con un ambiente bohemio, con escaladores que llegan aquí a esta especie de meca de estos deportistas, y simples backpackers en busca de descanso de las hiper pobladas playas clásicas de Tailandia.







Rodeada de estos típicos macizos de "limestone" tailandeses -a 18 meses de estar viajando ya olvido algunas palabras... aunque esta no se siquiera si me la sabía cuando vivía en Argentina-, ofrece una vista alucinante, que se embellece aún más cuando cae el sol y la gente suspende momentáneamente sus actividades, sea escalar, nadar, kayak o pasear, para admirar el atardecer desde alguno de los bares, cerveza de por medio. El único aspecto malo de esta playa es que el sube y baja de la marea es muy fuerte, y en el momento extremo hay que caminar mas de cien metros a través de rocas y corales para llegar al agua.

En los días que pasé aquí, básicamente hice sociales, mucha lectura en la playa, y mucho caminar. No pude hacer el "Deep Solo Climbing", que  es escalar sin cuerdas ni equipo, sobre el mar, por lo cual cualquier caída se convierte en un salto al agua. No había suficiente gente así que me quedé con las ganas. Y debo admitir mi arrepentimiento de no haberme aventurado en alguna clase de escalada. Me contenté simplemente con otra actividad recomendad en el lugar: visitar la playa de _________, con su cueva y lugares de adoración al falo, y la laguna.

Esto último es una especie de trecking de dificultad considerable, ya que está siempre humedo, e incluye escalar con soga en subida y bajada. Pero la laguna lo vale; ya lo arduo del camino hace que muchos turistas elijan no ir, por lo cual tuve la suerte de estar sólo con los cuatro ingleses con los que había hecho la caminata.  Ubicada en una hondonada con forma de ojo, con paredes de roca que ascienden a casi 100 metros, y una profundidad de apenas medio metro, esta laguna resultó ser una bella gota de esperanza en el turismo tailandés: aún se puede acceder a bellísimos lugares y encontrarse sólo, disfrutando de la vista y el sonido únicamente de lo que te rodea.

Unas noches después debí obligarme a abandonar Ton Sai, dandome cuenta ahora si de que la remera que había visto en un negocio que leía "Tomorrow I´m leaving Ton Sai", tenía mucho de cierto. Un lugar idílico, para disfrutar lo que serían otras increíbles playas tailandesas hace años. Pero eso si, aún no encontré en este país costas que estén tan cercanamente rodeadas de estas inmensas paredes de roca.







INFORMACION UTIL:

. Comer en Mangrove, en Railey este, donde ya aún después de más de 40 días, nadie superó su Massaman curry, y sólo los shakes de Bangkok llegaron a equiparar su mango shake.

. Hospedaje. Dormí todas las noches en "___", por 166 Baht por noche, gracias a una ardua negociación. Cama doble con ventilador, más que aceptable. Sino, sobre la playa, o sino cerca del Base Camp -todo el mundo conoce este lugar-, se consigue más hospedaje.

. El Sunset Bar/Reggae bar, es el lugar perfecto para pasar la noche: slackline preparado tanto para  avanzados como para principiantes como yo, pool gratis de calidad pauperrima, y varios elementos para hacer malabares. La cerveza, eso si, estaba 70 baht por latita. Ahí se puede hacer la avidada de comprar en el kiosko de al lado, y básicamente hacerse el boludo y sentarse en el bar con la mejor cara de póker que tenga uno a disposición.

. La cerveza es cara aún en los mercados, al ser una playa de difícil acceso -ni en Tonsai ni en Railey se puede llegar en auto-. Cuesta mínimo unos 50baht la latita pequeña.

. Como en toda Tailandia, las agencias de viaje ofrecen packs para casi cualquier destino en el país, o incluso a Malasia o Singapur.

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