Copyrights @ Journal 2014 - Designed By Templateism - SEO Plugin by MyBloggerLab

,

Koh Phi Phi, la isla más sobrevalorada de Tailandia

Share
Es una frase polémica, lo se, y tal vez un tanto exagerada; pero quiero plantear un punto de vista alternativo al imperante, que es el de Phi Phi como una de las mejores islas-playas del sudeste asiático. Es el lugar a donde la mayoría te recomienda ir en Tailandia; hogar de Maya Beach, locación de la película "The beach" con Leo Di Caprio; es un destino que es nombrado como obligado tanto por la Lonely PLanet como por la gente que uno va conociendo. Es también una isla que, como me comentó un instructor de buceo, hace diez años no tenía ni cerca la infraestructura de ahora, y que aún luego del tsunami, se edificó con una increíble velocidad y vértigo.

Sin construcciones altas e invasivas como he visto en innumerables costas brasileñas, es de cualquier manera un lugar demasiado edificado para mi gusto. Pero aún peor, de alguna manera supo atraer con el tiempo a un tipo de turismo irrespetuoso -con el otro, y con el entorno- y ombliguista. Jóvenes borrachos haciendose tatuajes impulsivamente, haciendole gestos obscenos a las mujeres que ofrecen masajes, revoleando botellas de cerveza al mar, y haciendo el ridículo de múltiples maneras. Esto es el Phi Phi a donde se llega, y donde la mayoría se queda. La parte, digamos así, céntrica.





Claro que uno puede escapar de eso e ir a la Long Beach a relajarse durante la tarde, evitando la Party Beach, lugar que de noche se convierte en hogar pasajero de las hordas de gente que pueblan los bares con los clásicos shows de fuego y música tecno a todo volúmen. Y también uno puede hospedarse en lugares alejados del sector céntrico  para escapar de su vorágine.

Creo correcto y honesto, también, admitir que varias noches terminé tomando cervezas y buckets en la playa, y la pasé de lujo.

La vida phiphiana es muy particular. Los Tattoo shops, que de día están cerrados y/o vacíos, empiezan a vivir con el atardecer, y al pasar las horas van llenandose de beodos visitantes que en un impulso de estupidez deciden hacerse un tatuaje para recordar sus días de juventud en Tailandia. Divertidisimo era quedarse observando la secuencia entera de zigzagueantes individuos que se acercaba al negocio, hablaba con el tatuador, y al cabo de unos minutos ya estaban sentados en la camilla haciendose el tatuaje de turno. Los tatuadores, más negociantes que otra cosa -esto no quita que hagan trabajos de buena calidad-, se limitan a mostrar diseños pre armados o imagenes de google. Nada de hacer diseños propios y o sentarse a hablar sobre el tatuaje.

Los puestos de comida occidental están siempre mucho más llenos que los de comida local. De hecho es muy curioso que casi no existen puestos callejeros de comida, y son escasos los restaurantes de comida puramente tailandesa. Esto, nuevamente, habla bastante del tipo de turismo de esta isla.

Los conductores de diversos medios de transporte isleño, al no tener bocina, simplemente arrojan un "Pi Pi" -o será Phi Phi-, curiosa y graciosamente imitando el sonido de una bocina. Algunos incluso parecen gritarlo con furia.

Los gatos son los únicos habitantes de la isla que parecen no haber registrado cómo el paso del tiempo y el turismo han modificado a la isla: en grandes cantidades y siempre de la misma manera, se estiran languidamente sobre cualquiera sea la superficie que encuentren.





Si la noche tiene estas particularidades, la vida bajo el sol ofrece, como toda isla turística, un variopinto espectro de caminatas y ofertas acuáticas. El viewpoint, al que se accede luego de un recorrido de una media hora en total desde el "centro" y 20 baht de entrada, es simpático y recomendado para llenar el día con alguna actividad. Si toca día soleado, la vista debe ser mucho mejor de la que  me tocó a mi en un día parcialmente nublado.

Los tours de snorkel son lo más popular en el Phi Phi diurno, y nuevamente reflejan el tono de la isla. Poco para ver realmente en las inmersiones, pocos peces y mucho coral muerto; nada que no haya visto nadando en muchas otras playas. Esto sumado a que TODOS los destinos están hiperpoblados de gente, hace que la experiencia sea un tanto... agria, amarga, ácida, no se que gusto ponerle. Como nunca me había pasado en esta clásica actividad isleña, varias personas me chocaron mientras nadaba, me gritaron desde diversos botes para moverme de su camino para salir de alguna bahía.

Uno puede optar por el tour de medio día, el de día entero, o el que incluye la playa con plancton -el que elegí yo-. En todos se accede a la monkey beach, una minúscula playa repleta de monos cuasi-agresivos, que adoptan una violenta actitud para sacarle comida a los visitantes, algo esperable siendo que son ellos mismos los que durante años los habrán acostumbrado a alimentarse sólamente de lo que traen. Los monos se mueven por ramas, rocas y aún en el agua, en busqueda de constantes tentempies ofrecidos por la turba que desciende de los long tail boat que no paran de llegar. La viking cave que apenas se ve desde el bote, parece linda para entrar, pero observándola de lejos es apenas un hueco en la montaña. Y qué decir de Maya Beach, donde te cobran 100 baht de entrada únicamente por haber alojado a la pelicula "La Playa". Una muy agradable costa, con hermosa vista, con gente que como uno comienza a sacar fotos, y se apura porque el bote se va en una hora. Sin tanto turismo, sería un lugar idílico; hoy en día, un lugar al que casi no vale la pena visitar, si no fuera porque uno quiere ir porque dicen que se debe ir.

Finalmente el bote se va en dirección a lo que fue, diría, lo más rescatable de este tour: la playa con plancton. Pequeños animalitos (¿son animalitos?) que brillan con el movimiento, y en grandes cantidades. Al agitar manos y pies, se ve como si uno estuviera rodeado de pequeñas luciérnagas. Espléndido. Imprescindible tener máscara de snorkel para ver bajo el agua; imprescindible también hacerle entender al agresivo  y poco recomendable guía del bote, que no quería entregar los equipos de snorkel a la gente.

La interesante y muy movida y agitada vuelta fue ya de noche, con la gente aplaudiendo al llegar al puerto, contenta de haber llegado sin contratiempos.

Como última actividad de la isla, me decidí a hacer unos buceos. Con precios fijos en la isla, queda elegir el centro de buceo en base a la seriedad que tienen, o la calidad del equipo. Finalemten escogí al único en el que pude entrar y ver los chalecos y otros equipamientos. Fuimos a lo que se supone son de los mejores destinos, y la verdad si bien fueron entretenidos como toda inmersión, no fueron la gran cosa.

Y así me fui de la famosa Koh Phi Phi, con cierto gusto amargo, pero aún así habiendo pasado unos lindos días, acompañado por un grupo de Argentinos y luego por Loren, de Canadá.







INFORMACION UTIL:

. Un Fresh Mart, en una de las cuadras principales, vende las cervezas mas baratas de la isla, a alrededor de 50 Baht por cerveza grande.

. Oasis, la agencia de viajes, es la que parece tener los mejores precios en pasajes y tours. El de snorkel con la playa de plancton que elegí yo, que comienza a las 13.30 y finaliza a las 19.30 aprox, cuesta 400 baht.

. Dos inmersiones de buceo cuestan 2500 Baht, un precio no tan bueno.

. Para comer, más que recomendable "Only Noodles", en una callecita en pleno centro, a metros del Fresh Mart de las cervezas baratas. Hacen, como dice el nombre, sólo Noodles, y lo hacen a la perfección, de los mejores Pad Thai que he probado. Junto a este restaurante, que suele cerrar temprano, hay otro restaurante, llamado "E-San Ganeang", muy bueno para poder comer comida tailandesa durante la noche. Por último, en la calle-cortada que lleva hacia la Party Beach, recomendable comer en "PP Burguer" durante el día: riquisimos currys y ensaladas.

. Hospedaje. Dormí en dorm y habitación doble en "The Rock Backpackers", con buena vista y buena ubicación. Dorm a 200baht y habitación doble a 300Baht.

. Pasaje a Khao Sok, incluyendo bote + mini van: 650 baht.

0 comentarios:

Publicar un comentario



Map