Día 131 - Oíd mortales

10th July.

Hace rato que me había picado el bichito de escribir algo sobre la concepción que los argentinos tenemos de... los argentinos.

Y que mejor que escribirlo un 9 de Julio, el Día de la Independencia Argentina.

[Si, ya se, hablo del 9 pero pongo fecha del 10. Es que lo empecé el 9, y lo publico el 10.
Soy re jevi re jodido]

Este bichito literario me picó pocos días después de llegar a NZ en realidad, pero siguió molestando a cada rato. Es que he escuchado a gente de pocas nacionalidades que tenga un nivel tan alto de autocrítica como nosotros, los Argentinos. Será que somos tan nostálgicos de nuestra tierra y que por ello sentimos la necesidad de hablar -bien y mal- de ella, o que simplemente somos criticones. O un poco de las dos, tal vez.

Lo que es seguro es que los 10.000km de distancia que nos separan de nuestra tierra, nos hacen juntarnos entre nosotros, hablar, sonreir, gritonear y vociferar, gesticular, y por que no, discutir. La cercanía con nuestros coterraneos parece acortar palabra a palabra, mate a mate, risa a risa, ese larguisimo kilometraje que parece acrecentar cualquier problema y exacerbar la melcancolía.

Charlar y compartir con otros Argentinos es como volver, aunque sea un ratito, a nuestro querido y criticado hogar.

Innumerables veces he tenido encontronazos cuasi filosóficos sobre el por qué somos como somos, tan pesimistas sobre nosotros, como país, como nación, como cultura, como personas. Posiblemente sea simplemente nuestra idiosincracia, la de quejarnos mucho, hasta de nosotros mismos. Lo que nos hace buenos también nos hace malos.

He escuchado no a pocos a argentinos decir que los argentinos son/somos:

chantas,
vagos y poco trabajadores,
corruptos,
etc,
o todo lo anterior...

Y sin embargo, y esto lo digo por la experiencia que veo acá en NZ, somos por lo general muy queridos; de los que más y mejor laburamos en todos lados; de los que mas cooperamos y ayudamos a otra gente, argentinos o no; los que siempre invitamos a nuestra mesa o nuestra charla a quien sea, de donde sea y con el idioma que hable. Nosotros, y los latinos en general.

¿Los gringos (especialmente alemanes, yanquis, UK, y otros países guitudos)? Tienen plata, bienestar y poder -¿que poco no?-. Pero muchos no te responden el saludo, o te saludan calurosamente cuanto tienen 3 cervezas encima, pero al día siguiente ni la hora; no te continúan el diálogo cuando les preguntás sobre ellos y su cultura; no te prestan 10ctvs ni te invitan nada, pero se gastan 10dlrs por día en alcohol, y un largo etcétera.

(en ambas categorías estoy generalizando, claro que hay gente de todos los colores en todos lados, 

sólo digo generalidades que pude observar en este tiempo)

Entonces, si la mayoría de los argentinos que estamos acá -los que conocí al menos- somos trabajadores, amables, dadivosos, honestos, etc, ¿Qué ocurre? ¿Qué pasa que es tan disímil lo que somos de lo que oralizamos y objetivamos para afuera, hacia otros?

¿Será que NZ tiene algún tipo de filtro secreto que sólo permite venir a los argentinosbuenagente?
¿Será que sólo nos volvemos así de buenos cuando llegamos a un país primermundista?
¿O será simplemente que somos innegablemente autocríticos?
¿O será, nuevamente, todo lo anterior?

Si a mi me preguntaran, si tuviera un lugar para expresarme, un blog quizás, diría que nos cuesta vernos como seres complejos, con una gama variable de virtudes y falencias, como cualquier otro. Pero con virtudes que a mi parecer, y recalcando lo humano, superan a las falencias. Vemos mejor al resto, y peor a nosotros... cuando en muchos casos es al revés.

La moneda tiene dos caras, pero son muchos los que prefieren ver sólo una. O creemos que somos lo mejor, con MessiMaradonaElpapafranciscoGardelPiazzollayquiensabeqquemas, y que nos llevamos el mundo por delante; o somos el país más corrupto, dividido y heterogéneo de toda la humanidad.

Me cuesta escuchar gente que nombre nuestros problemas de corrupción, inseguridad, y un largo etcétera, pero que luego comente sobre las grandes cosas que tiene nuestro país, que muchos otros no tienen. Es que me resulta injusto para con nosotros mismos el vendernos como una nación unilateralmente chota, garca e insegura.

Quizás estaremos acostumbrados a dar por sentadas las cosas buenas que tenemos, y sólo recalcar nuestras falencias.
Quizás soy un idealista y somos realmente unos hijosdeputa.
Quizás soy tan hijo de puta que no me doy cuenta que en Argentina vivimos mal muy mal, y que la gente es mala muy mala.
Quizás me queda poco internet y tengo que terminar el artículo.

[¿Casualidad? El random de 50gb de música de mi compu eligió el "Himno Nacional Argentino", versión Mercedes Sosa]

En fin, ¡feliz atrasado día de la independencia! Con cuantas ganas comería unas buenas tortas fritas con mate, y luego coronar el día con un buen locro.