Dia 22: Con el cuchillo entre los dientes

23th, March.

Si, con el cuchillo entre los dientes; así estabamos con Manu, jugando al fútbol, el "Southern Hemisphere" contra el "Northern Hemisphere". Eramos dos argentinos y un neocelandés (Manu, Wattie y yo), contra dos alemanes y un inglés (Paul, Max y Neil, que pegó como loco.... mereció 2 tarjetas rojas mínimo).
En una tónica bastante jovial y distendida -el título del cuchillo era puramente marketinero-, les ganamos 10 a 6. El primer tiempo cerró 5-3 abajo, pero lo remontamos en el segundo, teníamos más resto dijeron por ahí. Yo igual terminé roto.

En Argentina soy de los maletas, un rústico con muchas ganas y poca salida, pero acá me halagaron mi frenada con posterior corrida; digamos, lo que en mi es pura duda de qué cornos hacer con la bocha, los alemanes lo interpretaron como una táctica de distracción y repleta de talento. Pufff.

"Vamos SOUTHERN HEMISPHERE carajo", gritamos al unísono los morenitos, mientras los rubiones se lamentaban y nos juntábamos a saludar. Una sabrosa victoria. Los teutones nos eliminaron de los últimos dos mundiales y nos robaron con el penal cobrado por Codesal, pero eso ya no importa. Lo que importa es que ahora les ganamos!

Ahora, con el diario del lunes, me pregunto por qué no apostamos unas birritas... o las Malvinas.

Hablando de islas, NZ sigue estando hermosa! Kerikeri es un lugar chiquito pero acogedor. El centro son 3 cuadras, hay dos bares que ni llegamos a verlos pero dicen que con toda la furia cierran a la 1am un sábado. Con aproximádamente 15mil habitantes, y frente al mar no se cuanto, es un lugar de mucha vegetación, mucho verde.

Lo bueno que tiene, no en el aspecto paisajístico, es que salvo una moza que labura hace 4 años en un barsito, los únicos de habla hispana somos Manu, Coni (una chilena que sonrió de oreja a oreja cuando nos vio en el hostel), y yo. Lo cual está buenisimo para practicar el inglés... estamos TODO el día hablando con todo el mundo, y como todo ese mundo es cosmopolita versión gringa, no queda otra que practicar y practicar. Ya en un par de días hablé mas inglés que en toda mi estadía en NZ.

Se extraña un poco la calidez latina, el mate, el fernet, la piel menos refractante de luz.

Pero se la pasa bien rodeado de gringos!